José Luis Cuevas Artista Carnívoro….


José Luis Cuevas (1934-2017) fue, sin lugar a dudas, una de las figuras más destacadas de la plástica mexicana del siglo XX, dibujante, grabador, ilustrador, pintor, escultor y escritor.

Reconocido, principalmente, como dibujante extraordinario, fue, prácticamente, un creador autodidacta, pues aunque inició estudios en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” pronto truncó su  formación académica a causa de un padecimiento de fiebre reumática, sin embargo, durante este periodo, nunca dejó de trabajar,  primordialmente, en el dibujo. Con su hermano psiquiatra hacía repetidas visitas al manicomio “La Castañeda” para dibujar a los enfermos. En 1953 realizó su primera exposición individual en la Galería Prisse, espacio establecido por un grupo de artistas en la calle de Londres.

En los primeros años de los cincuenta, se conforma el grupo de artistas, que sería conocido como la Generación de la Ruptura formado, entre otros, por: Lilia Carrillo, Manuel Felguérez, Fernando García Ponce, Vicente Rojo, Roger Von Gunten.

Expuso en Washington, en la sede de la Unión Panamericana de la OEA y en 1955 en París, Picasso adquirió dos obras suyas. De regreso a México inició, una campaña mediática con la finalidad de dar a conocer aquella obra que rompía con los modelos de la Escuela Mexicana de Pintura, en contrapartida de esta.

En 1958, el suplemento cultural del periódico de Novedades, México en la Cultura, publicó una carta escrita por Cuevas, enviada desde Nueva York, al Director del suplemento, Fernando Benítez; la carta fue publicada y encabeceada: “Cuevas, el niño terrible vs. Los monstruos sagrados”; en esta, Cuevas emplea por primera vez, el término “cortina de nopal”, dicha cortina, según Cuevas, impedía el paso de las nuevas propuestas artísticas, ya que las instancias culturales seguían aferradas a un nacionalismo, para aquel momento, trasnochado e insulso. En este contexto es bien conocido, también, el enfrentamiento que tiene con el Maestro David Alfaro Siqueiros, a causa de su frase “no hay más ruta que la nuestra”.

En 1966 se presentó en el Palacio de Bellas Artes la exposición colectiva denominada “Confrontación 66”, lo que significó el reconocimiento oficial de las nuevas corrientes, de las que Cuevas, formó parte primordial. En el año 1967, en la Zona Rosa, de la Ciudad de México, nombrada así por él y por otros intelectuales, José Luis Cuevas realiza su famoso “mural efímero” llamado así con la intención de satirizar al muralismo, este      performance tuvo una gran convocatoria de público y una gran difusión de la prensa nacional y extranjera. En 1968, participó con el movimiento estudiantil en Ciudad Universitaria, pintando junto con otros artistas, las láminas que cubrían la estatua del expresidente Miguel Alemán.

En el año de 1992, se inaugura el Museo José Luis Cuevas, que a partir de entonces abre sus puertas al público, está situado en el edificio que ocupó el convento de Santa Inés, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, a un costado de la Academia de San Carlos. En el centro del claustro, recibe al visitante sobre un espejo de agua “La Giganta” (1990) bronce, 8 metros de altura con un peso de 8 toneladas.

Participó en un numero importante de exposiciones colectivas e individuales, tanto en nuestro país como en el extranjero y recibió varios premios y reconocimientos nacionales e internacionales.

Artista siempre polémico, la obra plástica de José Luis Cuevas se distingue por tener un lenguaje muy personal, en el que se devela su gran talento artístico, la pureza de su trazo y su manejo de la línea, así como su visión, que plasma en cada una de sus figuras, y personajes surgidos de hospitales, prostíbulos y de las calles, tales como menesterosos y pordioseros, individuos deformes y extraordinarios que conforman una iconografía propia. Realiza también un buen numero de autorretratos.

Es, prácticamente, a partir de la década de los noventa cuando Cuevas se dedica, mayormente, al desarrollo de su trabajo escultórico. Su obra escultórica se caracteriza por la creación de personajes fantásticos, así como cabezas y rostros en bronces, además de una serie de relieves, sus piezas escultóricas acusan ese estilo y temática tan propias del artista. Lo más relevante de su trabajo tridimensional es La Giganta (1991), La Figura Obscena (1996) emplazada en Colima en el año 2000, El Gigante de Chihuhua (2017). Destaca su bestiario fantástico, serie de esculturas conocida con el nombre Animales Impuros, por estar inspirada en el poemario, de este nombre, del escritor español José Miguel Ullán. Ha tenido exposiciones importantes de su creación tridimensional, tales como la denominada “Libertad en Bronce”.

La muestra de la obra del Maestro José Luis Cuevas, que presenta el Museo Federico Silva, es, en su gran mayoría, propiedad del artista y fundidor Alejandro Velasco, colaborador de este museo y del Maestro Federico Silva, a quien agradecemos su generosidad y apoyo. El Museo Federico Silva pretende mostrar a la población potosina y a sus visitantes la obra de este apasionado y entrañable creador, cuyo nombre ha quedado inscrito en la historia del arte.

Octavio Paz así lo describe:1 

Artista carnívoro cuya atracción principal reside en su gracia flexible, sus movimientos sinuosos, la ferocidad elegante de su dibujo, la fantasía grotesca de sus figuras y los resultados con frecuencia mortíferos de sus trazos. Este artista pasa, en un abrir y cerrar de ojos, sin causa aparente, de momentos de reposo plácido a otros de furia relampagueante.

José Luis Cuevas murió en la Ciudad de México a la edad de 86 años, el 3 de julio de 2017, sea esta exposición un homenaje a su genio y talento Creativo.


Enrique Villa Ramírez
Director General del Museo Federico Silva Escultura Contemporánea