Un viaje por la aventura del arte.
Enrique Villa
En esta ocasión, el Museo Federico Silva Escultura Contemporánea se complace en presenta la exposición Arte Cinético. Momento de un principio de investigación, en la que se exhiben 26 obras realizadas entre 1969 y 1973 por el maestro Federico Silva, todas ellas correspondientes a la corriente artística denominada arte cinético, cuyos antecedentes se remontan al futurismo (1910), el cinetismo tiene un primer momento en los años cuarenta y cincuenta, aunque su gran auge se da en las décadas de los años sesenta y setenta. El arte cinético está sustentado en el movimiento y se materializa principalmente en el campo de la escultura con mecanismos móviles, pictóricamente puede apoyarse en la proyección de colores en movimiento, en la descomposición cromática de la luz o en ilusiones ópticas, pudiéndosele adicionar efectos sonoros o música electrónica, muy particularmente música sintetizada.
El arte cinético está sustentado en el movimiento y se materializa principalmente en el campo de la escultura con mecanismos móviles
Siendo muy joven, Federico Silva inicia su carrera artística como creador figurativo, primero en las lides del muralismo, movimiento de hondo significado social para el pueblo de México, incursiona, también, con gran maestría, en la pintura de caballete, conquistando con su talento un espacio destacado en el medio artístico nacional, mismo al que renuncia, alejándose de la seguridad y el confort ganados, para lanzarse a la búsqueda de nuevos horizontes creativos, sacudido por las inquietudes de los años sesenta, abandonado su trabajo figurativo para pasar al abstracto.
Inicia sus primeros trabajos cinéticos en México y posteriormente viaja a Francia, en donde entra en contacto con los más destacados creadores de esta tendencia; a su regreso a nuestro país se sumerge en el estudio y la reflexión, lo que le permite ahondar en el cinetismo más amplia y profundamente, preocupado por relacionar el arte no sólo con la teoría estética, de la cual,forma parte el movimiento, sino también con la naturaleza y la energía, con la ciencia y la técnica.
No tarda en instalar un estudio, que fue más bien un laboratorio, en el cual trabajó arduamente en la fusión de la ciencia con el arte, entregándose a la creación de aparatos artísticos, cada vez más sofisticados y complicados, en los que utiliza el movimiento, la luz y, por medio de un sintetizador, crea una música adecuada para algunas de sus piezas.
Uno de sus primeros proyecto fue su kinescopio, que concede poca importancia al objeto, lo más importante aquí son los efectos dinámicos, lumínicos y sonoros; despertando el interés del público. En 1970, el Museo de Arte Moderno de la ciudad de México inaugura la exposición Arte Cinético, integrada con 29 obras de Silva, la cual causó una gran expectación, provocando que a lo largo de varios meses un número muy considerable de visitantes acudiera con gran interés y curiosidad por conocer tan atractivas máquinas de arte.
Uno de sus primeros proyecto fue su kinescopio, que concede poca importancia al objeto, lo más importante aquí son los efectos dinámicos, lumínicos y sonoros; despertando el interés del público
En su obra cinética, Federico Silva experimentó con toda la gama de posibilidades y técnicas, siendo sus elementos principales el movimiento, la luz, el espacio, el color y el sonido. En cuanto a los materiales empleados, se trata de micas, cristales, prismas, lentes de fresnel, espejos, imanes, láminas, madera, acero, cables, motores, lámparas, focos; utiliza también el rayo láser, el sintetizador y un sinfín de elementos con los que logra crear escultura y pintura en movimiento, crea también objetos solares, de agua o de viento, convirtiéndose así en el único artista mexicano que tocó y recogió, en una obra seria y de alto nivel, las grandes inquietudes estético–científicas del siglo XX, embarcándose, una vez más, en lo que él llama la gran aventura del arte.